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Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades


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Manuel Ferrer Muñoz. Expulsemos al tirano tramposo

Los repetidos y convulsos movimientos de Pedro Sánchez tras el desastre electoral de las recientes elecciones autonómicas y municipales revelan la crispación y el nerviosismo que se han apoderado del tirano tramposo, consciente de que la ciudadanía –aburrida de sus promesas incumplidas, y escandalizada por sus embustes continuos- le ha vuelto la espalda hasta el extremo de que no puede dejarse ver en público sin ser objeto de insultos.

Lo grave del caso es que, frente a toda lógica, el tramposo tirano insiste en pregonar ante quien quiera escucharlo –que son cada vez menos- que los españoles se equivocaron al castigar en las urnas al partido que, en uno de sus más graves errores históricos, lo aupó a su Secretaría General.

El tirano tramposo hará cualquier cosa por imponerse como cabeza de lista del PSOE en las próximas elecciones generales. Y seguirá mintiendo. Y conseguirá engañar a muchos ingenuos, a pesar de las abrumadoras evidencias de sus contradicciones y falsas promesas. Y hasta el día de hoy sigue contando con la complicidad de parte del aparato del Partido Socialista, que es corresponsable del desastre a que el tramposo tirano ha conducido a España.

Pero el próximo sábado, 10 de junio, se abre un portillo a la esperanza. Ese día, el Comité Electoral del PSOE aprobará las listas, el programa electoral y las cuentas para el 23J. Y ese día, el Comité Electoral del PSOE deberá decidir si el cabeza de esa lista será o no el actual secretario general.

Si los miembros del Comité Electoral del PSOE se arriesgan a dar ese paso, no sólo el partido se ahorrará un nuevo batacazo electoral. España entera respirará aliviada. La cuestión es: ¿se atreverán a apartar al tramposo tirano? Presumiblemente, no. Y entonces habrán cavado su tumba política.

Cabe también la posibilidad de que Sánchez, consciente del rechazo que inspira su figura, busque salvar el propio pellejo, renuncie a la candidatura para no asumir un fracaso cantado, y trate de auparse a un cargo de relevancia en un organismo internacional. Poco talento demostraría el tirano tramposo –quizá entontecido por su orgullo y petulancia sostenidos contra viento y marea-, si pretendiera embarcarse en alguna institución donde Estados Unidos tenga algo que decir; por eso haría mejor en arrimarse a su buena amiga Úrsula von der Leyen, que sabrá proporcionarle migajas con que saciar su apetito de poder.

Eso sí, al tirano se le acaban los viajes en Falcon a costa del erario.


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En la despedida de Sánchez, la Constitución Española se lleva una nueva bofetada: el Presidente del Gobierno convoca elecciones sin la previa deliberación del Consejo de Ministros

Con este nuevo gesto del ignorante filibustero autócrata, indudablemente intencional, para eludir cualquier debate interno en el seno de su Consejo de Ministros, se viola la fracción 1ª del artículo 115 de la Constitución española: “el Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva responsabilidad, podrá proponer la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales, que será decretada por el Rey”.

Cabría preguntarse sobre la validez de una convocatoria que contradice explícitamente las disposiciones constitucionales. Aunque, para encajes de bolillos, ya dispone Sánchez de un Tribunal Constitucional diseñado a su medida.


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Patinazo de Pedro Sánchez en Puertollano, 14 de mayo de 2023

En plena campaña electoral, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia que las entradas de cine para los mayores de 65 años, los martes, costarán sólo dos euros.

En un mitin en Puertollano junto al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, Sánchez señala que esto es «un nuevo avance social» para facilitar que los mayores de 65 años acudan a las salas de cine a disfrutar de las películas nacionales e internacionales.

¡Qué lástima que no cayera en la cuenta de que el único cine de Puertollano sólo abre los fines de semana!


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Manuel Ferrer Muñoz. Civilizar la sociedad, despolitizándola

Todavía hiere mi retina la ridícula, cosmética y postiza pose de un sonriente y simpático presidente de Gobierno, rodeado de encantadores viejecitos. Jugaban éstos beatíficamente a la petanca en un parque acordonado por la Policía del extrarradio de una ciudad castellana, temblando por el frío invernal, a la hora en que el resto del mundo estaba comiendo en sus casas, calentito, cuando acertó a pasar por allí, casualmente, ese ocioso y campechano presidente de Gobierno.

Después se supo que muchos de los amables ancianitos eran falsos jubilados, pertenecientes a la organización política que lidera aquel presidente de Gobierno; algunos de ellos ocupaban cargos en la estructura organizativa del Partido Socialista Obrero Español, mientras otros habían sido concejales por ese partido del municipio de Coslada, donde se produjo tan idílico encuentro.

Tan patético montaje fue exhibido como un encuentro fortuito que propició esa camaradería confianzuda entre un líder mundial, que acababa de regresar de la Conferencia de Davos, y un grupo de abueletes que no escatimó elogios a la habilidad con que ese político magnánimo se desenvuelve en el idioma de Shakespeare, y a su talento innato para el juego de la petanca. Tan emotiva debió de ser esa casual y feliz chiripa, que el digno y conmovedor presidente de Gobierno quiso registrar sus tiernos sentimientos en Twiter: “tras defender en Davos que aquellos que más tienen, más paguen, he pasado un rato entrañable con un grupo de pensionistas de Coslada”.

El político repartesonrisas envuelto en ropajes civiles remeda al lobo disfrazado de oveja de los cuentos infantiles, que busca sacar urgente provecho de la ingenuidad del prójimo, consciente de que cada vez son menos los electores que se dejan seducir por las hipócritas y siempre incumplidas promesas de candidatos en campaña. Afortunadamente, ya no cuela esa pantomima, únicamente aplaudida por los mismos escenógrafos y actores del teatrillo con que se pretende engañar a la ciudadanía.

El político profesional ha perdido todo su crédito en España y en la mayoría de los países del mundo. Y por eso corresponde a los ciudadanos la ingente tarea de desmontar la farsa y de dar la espalda a una ‘casta’ aprovechada y corrupta: tan corrupta y aprovechada, que los mismos que en sus primeros escarceos como formación política denunciaban ese ambiente viciado han sucumbido a sus encantos. Podemos ser tan sucios y desvergonzados como ellos, adoptando la mentira como enseña, despreciando a aquellos irredentos cuya simple mirada nos incomoda, disfrutando de las comodidades reservadas a esa rancia y envidiable estirpe antes vilipendiada y ahora respetable.

En nombre de la gobernabilidad se traicionan todos los ideales, se actúa de espaldas a la ética más elemental, se invoca el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo para justificar la muerte de cien mil fetos en un solo año (sólo en España), con la trampa dialéctica de llamar interrupción del embarazo al asesinato de inocentes.

En nombre de una fantasmagórica Agenda 2030 y con el concurso de unos medios de comunicación a los que se ha atiborrado de dinero extraído del bolsillo de los contribuyentes se cuestiona la misma naturaleza del ser humano, con el deliberado propósito de alumbrar un nuevo hombre y una nueva mujer, amorales, desencarnados, desancorados del sentido de la familia: en último término, se aspira a la fusión hombre-máquina para deificar el resultado de ese engendro, que es la meta del transhumanismo.

La complicidad de la clase política con ese programa deshumanizador emplaza a la sociedad civil a movilizarse para preservar lo que aún no ha sido contaminado. Ese reto implica la certeza de que los tontos útiles, cooperadores de esos agentes políticos que obran exclusivamente persiguiendo su propio interés, denunciarán, acosarán, ridiculizarán a quienes rechacen los nuevos dogmas, con los adjetivos al uso: negacionistas, conservadores, retrógrados, fanáticos.

Pero más allá de los despreciables adjetivos se halla lo sustantivo: la coherencia con las propias convicciones, el respeto a la libertad de los demás, el empeño por preservar el tesoro de la familia, el amor conyugal, la satisfacción por el trabajo llevado a cabo con pasión y compromiso, el hondo sentido de la justicia en las relaciones sociales.

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Dedicatoria navideña a Pedro Sánchez, el aspirante a pequeño zar (¿o a pequeño Stalin?)

Pedro Sánchez –lo dicen muchos que lo conocen- es un desalmado, una persona sin alma, una mala persona.

Pregunten, si no, a Alfonso Guerra, Javier Lambán, Susana Díaz, José Luis Ábalos, Iván Redondo, Joaquín Leguina, Nicolás Redondo…, todos ellos socialistas o colaboradores del aspirante a pequeño zar en su gestión al frente del Ejecutivo español, y todos coincidentes en su rechazo del sectarismo de quien condena y acosa y derriba a quien no le baila el agua.

Se vale de una formación política de raigambre histórica, como es el PSOE, y usa a las personas para su beneficio exclusivo; y, cuando no le resultan útiles, las deja tiradas.

El último sorteo de la Lotería Nacional develó una de esas facetas siniestras de quien va por la vida ignorando, despreciando, mirando de lado, atendiendo sólo a su medro.

Perla, una camarera de origen peruano que vino a España hace años a buscarse la vida, a quien ha tocado el Gordo de Navidad, ha tenido unas palabritas de no-agradecimiento a Sánchez.  Según declaró a los medios de comunicación, trabajaba en la cafetería del Palacio de la Moncloa hasta que Sánchez hizo limpieza: “Nos retiraron a los trabajadores que llevábamos muchos años allí. Cuando entró el señor Sánchez, lamentablemente hubo problemas. Yo soy una de las trabajadoras de la cafetería de la Moncloa”.


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María Jamardo. Las 72 horas en las que Pedro Sánchez intentó doblegar al Estado de Derecho

Las dos enmiendas con las que el Gobierno trata de alterar las mayorías del Consejo General del Poder Judicial para elegir a los magistrados del Constitucional. Después de que el déspota logre que entren en vigor esas disposiciones, habrá desaparecido en España la independencia del Poder Judicial. Adiós, Montesquieu… y adiós, Estado de Derecho. ¡Bienvenido el bolivarismo barato y totalitario de Maduro!

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Pedro Sánchez no tiene límites. Con la reforma legal, por la puerta de atrás y vía exprés, con la que el Gobierno socialista cumplía con el pacto alcanzado con sus socios de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), el presidente del Ejecutivo inauguraba la era de una serie de atajos legales que, más allá de la polémica inicial, de la protesta enardecida de la oposición y del malestar manifiesto de ciertos sectores de las instituciones concernidas encerraba una verdadera marejada de fondo para la Constitución. La barrera de contención que, hasta ahora, ningún presidente democrático se había atrevido a debilitar, amenazada y cuestionada a golpe de enmienda, quedaba en manos del Estado de Derecho en la que ha sido, hasta la fecha, la semana más negra desde la instauración de la democracia en España.

La que ha recordado a aquellos poderes que, más allá de la voluntad de un Gobierno, estaban llamados a defenderla con los mecanismos a su alcance y, pese a que no lo hayan hecho, todavía, con toda la contundencia debida. El pasado jueves, en que el Congreso de los Diputados se dio cita para deliberar y votar, sin saberlo, sobre cuál será el futuro ‘encaje’ de Cataluña en España, empezaban 72 horas de infartoen un doble plano, jurídico y político, por tratar de evitarlo.

No en vano, la revisión de la Carta Magna ha sido, siempre, una de las bazas que Sánchez ha barajado como posible eje vertebrador para su último año de legislatura e, incluso, de su eventual y futura continuidad en el cargo si tras las generales de 2023 es capaz de reeditar el «Gobierno Frankenstein», de nuevo, con el apoyo de los separatistas catalanes, gallegos y vascos y de los partidos minoritarios. «Nosotros alumbramos la Constitución hace más de cuarenta años cuando la derecha estaba en otra cosa», aseguraba el presidente del Gobierno, arrogándose el mérito de una obra de consenso. Así las cosas, ¿por qué no iba a estar dispuesto a reformarla cuasi unilateralmente?

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Sólo sí es no, sólo no es sí

“Apoyé sus decisiones cuando dijo que no podía dormir tranquilo con Podemos en el Gobierno, cuando dijo que lo del 2017 no era sedición, que era rebelión, cuando dijo que agravaría las penas, cuando dijo que tipificará el delito de convocatoria de referéndum, cuando dijo que no habría indultos, y no digamos cómo le apoyé cuando dijo que nunca habría pacto con Bildu. Ahora, cuando apenas quedan unos días para que termine 2022, nada queda de sus palabras, sus gestos y actuaciones han demostrado justo todo lo contrario”.

Esto piensa Alfonso Guerra, uno de los líderes históricos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), sobre Pedro Sánchez, sepulturero del PSOE y enterrador de Franco, su título más honroso a juzgar por sus propias palabras (aunque no conviene tomarlas al pie de la letra, pues su significado cambia siempre con el tiempo).

Por eso, el mendaz Sánchez acrecienta su leyenda que le acredita como el más cualificado entre los más destacados y conspicuos histriones, saltimbanquis, fantoches, volatineros, titiriteros, charlatanes incluidos en el Catálogo para la Memoria Histriónica de Políticos y Pseudointelectuales.

Acceso a las declaraciones de Alfonso Guerra, en fuente original


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Lenguaraz, ignorante y pusilánime

Así califica al presidente del gobierno español un veterano y reconocido periodista de ABC, después de que la lamentable falta de perspectiva de Pedro Sánchez devolviera a los titulares a Franco, que ya había desaparecido de la memoria de la inmensa mayoría de los españoles, excepto de la de aquéllos que lo odiaban o lo veneraban.

Ciertamente, el Catálogo para la Memoria Histriónica de Políticos y Pseudointelectuales debería dedicar un volumen íntegro para el registro y el análisis crítico de la insustancial verborrea de un equilibrista que no distingue entre la mentira y la verdad, entre el compromiso y la trampa, entre la rectitud y la trapacería, y que tiene la audacia de calumniar a la oposición, a la que acusa de anticonstitucionalista, cuando él, desde la Presidencia del Gobierno, se prepara a dinamitar la estructura constitucional de España, con el rastrero fin de asegurarse el apoyo parlamentario de formaciones políticas independentistas que apuestan por la segregación de sus territorios del Estado español.


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Clase de Geografía e Historia con Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España

Lección 1

«Me siento muy honrado de ser uno de los primeros líderes internacionales [sic] que le visita como presidente de Senegal». «Y tengo muchas ganas de trabajar con usted por España y Senegal», pues «España es un aliado potencial de Senegal en diversas áreas». Fue cuando el presidente William Ruto, le interrumpió: «Soy el presidente de Kenia, ¡no de Senegal!».

Lección 2

El destacado «líder internacional» subraya que uno de los objetivos de su visita obedece al temor de la Unión Europea a que las mafias de jóvenes proliferen en Kenia si no se ofrece el apoyo adecuado al país africano. Otra vez sale a relucir el paternalismo europeo que sofoca las libertades africanas, un paternalismo que pretende que el caos absoluto se extendería por el continente si no fuera por Europa, aunque fue precisamente Europa el primer agente que provocó el desplome de África.

Así comenzó el viaje oficial de Sánchez a Kenia, que no a Senegal (distante unos 6.000 kilómetros de Kenia), seguramente asesorado por su esposa, gran experta en África, y por el astuto ministro de Asuntos Exteriores, que todavía anda buscando su lugar en este mundo.

Fuentes:

La Razón, 27 de octubre de 2022

El Debate, 28 de octubre de 2022


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Manuel Ferrer. Gobierno de España, ¿bicefalia o bipolaridad?

Unos tiemblan y otros causan temblores.

El PP (Partido Popular), que ha disfrutado de largas y jugosas estancias al frente del Gobierno de España, suspira en los tribunales bajo la amenaza de un tesorero escaldado y resentido, dispuesto a no dejar títere con cabeza.

Entretanto, el Gobierno de coalición del PP (Pedro Sánchez-Pablo Iglesias) protagoniza un esperpéntico espectáculo de matriz hegeliana, y así lo ha apreciado La España que Reúne, un club de opinión por el entendimiento constitucional que congrega a políticos que han dejado atrás su actividad pública y a intelectuales de diverso signo. En un manifiesto refrendado por mas de doscientas firmas, titulado Cesar en la infamia: Pablo Iglesias debe ser destituido, se pronuncian en contra de las temerarias declaraciones del vicepresidente 2º del Gobierno, que ha cuestionado de modo irresponsable la normalidad democrática de España.

En efecto, resulta inaudito que, en el seno del propio Ejecutivo, se expresen voces opositoras -las de Podemos– que claman contra las más importantes iniciativas legislativas de sus socios. Y no sólo eso. Llegan a cuestionar incluso la vigencia del Estado de derecho.

Sólo la presencia al frente de ese engendro de Gobierno de un personaje de la talla moral de Pedro Sánchez explica que se perpetúe aquel sinsentido, que ridiculiza al Reino de España ante los otros Estados miembros de la Unión Europea y compromete gravemente la llegada de los fondos comunitarios que deberían posibilitar el comienzo de los trabajos de reconstrucción de la economía nacional, destrozada por el coronavirus.

Mientras el funambulista y el chantajista siguen practicando sus indignos juegos partidistas, la ciudadanía asiste, estupefacta, a tan degradantes escenas y espera -incrédula- que el creciente clamor por la destitución del golfo de Vallecas, hoy Marqués de Galapagar, propicie el advenimiento de una política de Estado, no dictada por miserables y mezquinas miras electoralistas.