La entrada anterior del blog sobre el bombardeo de la ciudad de Cabra (Córdoba) durante la Guerra civil española levantó ampollas entre quienes han dado crédito a las versiones manipuladas de la historia, convertida en un pugilato entre malos y buenos. Y eso a pesar de que el autor de ese breve texto se limitó a consignar el escueto dato, incontrovertible, y a opinar que esa acción bélica carecía de justificación estratégica, lo cual no necesita siquiera una mínima argumentación para quienes conocen el desarrollo militar de los acontecimientos entre 1936 y 1939. Parece que la coletilla final (“se entiende así que algunos historiadores la hayan enjuiciado como un crimen premeditado contra población civil indefensa”) pudo sublevar a los inquisidores de la ‘única’ verdad histórica.
Admito que el comentario de un lector a quien consideraba un buen amigo me ha dejado estupefacto: “no quiero formar parte de nada con una persona que equipara los crímenes del fascismo fascista [sic] con los de la República”. No cabe duda del talante totalitario y excluyente del autor de esa sorprendente afirmación, tan rabiosa que le llevó a descubrir una nueva modalidad de fascismo, al parecer aún más extrema: ‘el fascismo fascista’.
Y, sin embargo, pese a reacciones destempladas como la que acaba de referirse, perseveraremos en nuestro empeño por desvelar verdades, gusten o disgusten a inquisidores que se sienten poseídos de la verdad y que, sin formación histórica, insultan y descalifican a quienes hemos dedicado una vida entera al cultivo de ese saber.