
Los internos de un centro penitenciario pueden seguir manteniendo sus pensiones de jubilación, incapacidad permanente, invalidez, viudedad u orfandad, si han tenido un trabajo en la cárcel, pues el Estado ha cotizado por ellos. ¡Presos sí, investigadores no! De lo que se deduce que, para la jubilación, es mejor pasar una temporada en prisión trabajando entre rejas que ser profesor en un aula de la Complutense o investigador en un laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología, donde se investigan las vacunas contra la covid.