
Con la aprobación de la «Ley Trans», el Ministerio de Igualdad se ha puesto en contra a gran parte de los profesionales de salud mental de este país. Aunque las multas y sanciones que han anunciado se impondrán a los que no cumplan lo que estipula la nueva regulación, ya no les asustan. El psiquiatra y médico forense José Cabrera y Forneiro habla sin tapujos de lo que considera un «invento fantasioso» tras el que se intentan ocultar «los verdaderos problemas que a la sociedad le tienen que importar»: un fantasioso invento convertido en ley que excluye deliberadamente la consulta a los profesionales especializados, que desenmascararían la ficción.
El veredicto de Cabrera debería hacernos reaccionar, porque no estamos ante una disputa partidista sino ante un proyecto de perversa intencionalidad: «Detrás de esta Ley solo hay una búsqueda de implantar un relativismo moral a ultranza, generar un caos en personas menores que viven en la incertidumbre y buscar, de forma deliberada, la creación de plataformas marginales que, ansiosas de subvenciones estatales, den rienda suelta a fantasías y ensoñaciones impropias de estos tiempos, ocultando tras esta cortina los verdaderos problemas que a la sociedad le deben importar. En otras palabras: la búsqueda del caos».
Recomendamos con todo el calor la lectura íntegra de esta entrevista, que carece de toda intencionalidad política y que desenmascara la perversa intencionalidad de los promotores de esta aberración.
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A su juicio, ¿qué aporta esta nueva Ley a las personas «trans» que no estuvieran anteriormente regulado?
Esta Ley no sólo no aporta nada nuevo, ni da nuevos derechos ni protege a nadie, ya que hace décadas que una persona con necesidades transexuales puede someterse voluntariamente a todo tipo de tratamientos biológicos o no para conseguir sus fines, sin necesidad de legislación como la presente, siendo mayores de edad. Por lo tanto, lo único que esta Ley ofrece, aparte de confusión, es la capacidad jurídica a menores que no tienen la necesaria capacidad psicobiológica para entrar en un bucle catastrófico e irreversible.