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Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades

Acto de presentación de Benamocarra y sus gentes

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El pasado jueves, 23 de febrero, tuvo lugar el acto de presentación de la edición en papel del libro Benamocarra y sus gentes, coordinado por el Dr. Manuel Ferrer Muñoz y coeditado por el Ayuntamiento de Benamocarra (Málaga-España), la Asociación Somos Axarquía y la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina.

Éstas fueron las palabras con que el coordinador de la obra destacó sus aportaciones a la memoria colectiva de esa población de la Axarquía malagueña.

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Benamocarra y sus gentes apareció primero en edición digital, el último día de junio de 2022. Fue el resultado de una larga investigación llevada a cabo desde la Asociación Somos Axarquía por un estupendo equipo que tuve la suerte de coordinar, con participación de muchos vecinos que accedieron a compartir sus recuerdos. Los materiales que recogimos, una vez analizados, organizados y contrastados, nos han permitido ofreceros estos retazos de historia, que son piezas sueltas de un gran mosaico que está todavía en fase de elaboración. Por eso soy consciente de que este momento feliz es sólo un alto en el camino y el comienzo de una nueva exploración en el pasado de Benamocarra que enlazará con ésta y le dará continuidad. De ahí la oportunidad de ese Himno de Benamocarra que acabamos de escuchar en las voces del Coro Romero Manantial, al que deseo expresar mi agradecimiento por haberse hecho presente en esta conmemoración.

Doy las gracias a todos los que habéis puesto vuestro granito o vuestra montaña de arena. Y extiendo ese agradecimiento a la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, con la que Somos Axarquía viene colaborando desde el comienzo de su actividad, y con la que formalizamos un Convenio de Colaboración en diciembre del año pasado.

No deja de ser un motivo de orgullo y de alegría que una Asociación arraigada en el espacio geográfico de nuestra Axarquía tenga como interlocutor privilegiado a una editorial que opera desde la ciudad ecuatoriana de Cuenca. El Club de Escritura que arrancó poco después del inicio de nuestras actividades no sería posible sin la alentadora perspectiva de que los resultados de nuestros trabajos resulten accesibles en todo el mundo gracias a la visibilidad que nos brinda la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina.

Medio año después de que Benamocarra y sus gentes empezara su navegación por Internet, presentamos su edición impresa gracias a la generosa financiación del Ayuntamiento de Benamocarra, que nos ha permitido poner el libro en vuestras manos, sin costo alguno. Hoy, además, nos honra con su presencia nuestro alcalde, el amigo Abdeslam Lucena, que ha dado pruebas reiteradas e inequívocas de ese compromiso con el pueblo benamocarreño, refrendado en el prólogo con que ha querido honrar esta publicación. Con el descaro del pedigüeño, le recordamos sus propias palabras recogidas en letra impresa, con las que cierra ese magnífico prólogo:

No terminaré sin recoger el guante lanzado por el coordinador de la obra: en verdad, son muchas y muy diversas las ‘gentes’ de Benamocarra que deberían encontrar acogida en el libro; pero, como muchas han quedado fuera —por razones editoriales y de tiempo—, desde el Ayuntamiento nos comprometemos a impulsar otra publicación que amplíe el espacio de convivencia y de respeto que hemos tratado de construir con el apoyo y la ilusión de muchos de los nuestros.

Desde que el libro empezó a circular por Internet nos han llegado innumerables comentarios elogiosos y alentadores. Entre tantísimos, me quedo con éste, que fue de los primeros en llegarnos:

Aproveché el viaje de ayer en el barco para leer el libro y me gustó. ¡Puede ser la historia de muchos pueblos de este país!: un trocito de vida de unas cuantas personas que vivieron y murieron, aparentemente sin pena ni gloria, pero que dejaron sus humildes huellas, que nos permiten remontarnos a un mundo lejano en el tiempo, que se desenvolvió en el mismo espacio geográfico que hoy nos rodea.

Si os cuento lo ocurrido en Facebook, os quedaréis con la boca abierta. Todo empezó cuando comprendí que muchos vecinos de nuestro pueblo encontraban dificultad para leer el texto a través del enlace que permitía su descarga. Entonces, con paciencia benedictina, me dediqué durante muchos meses a ir copiando trocitos del libro en el grupo de Facebook que lleva el nombre de la Asociación: desde la primera página hasta la última. Para que os percatéis del impacto y del interés que han suscitado esos fragmentos, me remito a los 3.800 lectores que al día de hoy aparecen registrados en el escrito titulado “Una vida en el olvido”, de Mari Carmen Oliva, o a los 5.100 que alcanzó uno de los pasajes dedicados a José Heredia.

Por cierto, en relación con este último texto, me permito transcribir lo que comentó una de sus hijas después de leerlo: “Qué felices hacía a los niños con sus matinales. Cuando un niño no podía pagar, él lo dejaba pasar. Aunque trabajó en muchos oficios, su pasión siempre fue el cine. Hasta sus últimos días estuvo echando el cine en Torre del Mar. Gracias por dedicarle un hueco en tu libro”.

A lo largo de los días previos a este acto de presentación se multiplicaron los comentarios en Facebook de personas que manifestaban su interés por disponer de algún ejemplar impreso del libro. Y tantas fueron las solicitudes, que nos han desbordado: hasta el punto de que no quedarán ejemplares disponibles para quienes no hayan hecho reserva previa.

Antes de terminar deseo saludar a José Antonio Padilla Jiménez, que se ha desplazado desde San Fernando hasta Benamocarra, donde nació su padre, José Padilla Sánchez, uno de los protagonistas del libro. Aunque José dejó Benamocarra con apenas veintitantos años, en busca de mejores condiciones de vida, siempre tuvo en su mente y en su corazón su niñez y su juventud vividas en Benamocarra. Así evoca José Antonio la última visita que su padre, poco antes de fallecer, hizo a nuestro pueblo:

Llevaba tiempo hablando de un Cristo que él de joven había llevado en Semana Santa, y entonces entre todos los hermanos decidimos alquilar una casa rural cerca del pantano de La Viñuela, y nos fuimos a pasar unos días allí para que viera a su Cristo y paseara por última vez por las calles de su pueblo.

Él y su familia vivían a la entrada del pueblo en una loma donde había un chaparro con una copa grandísima: debía de tener muchísimos años. Debajo de ese árbol nos contaba que echaba la siesta junto a su padre. Esas tierras se vendieron y hoy creo que es un polígono industrial. El inmenso árbol, según me dijeron, lo tuvieron que trasplantar a otro sitio, pues prohibieron que lo cortaran.

En fin, quiero saldar mi deuda de gratitud con el Ayuntamiento de Benamocarra; la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina; el Coro Romero Manantial, que nos ha recreado con sus magníficas interpretaciones del Himno de Benamocarra y el Himno de Andalucía; los autores (Pepe, Loli, Remedios, Inma, Mari Carmen, Adeli), a quienes cito por el orden de sus relatos en el libro; Diana Golledge y Lola Páez, artífices respectivamente de la portada y de la contraportada, y Diana, mi esposa, que ha cuidado amorosamente la edición del libro, y que hoy no puede acompañarnos por hallarse muy lejos en estos momentos, del otro lado del océano que nos separa de América.

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