
Estos versos amargos de un gran amigo, encabezados por un título provocador y expresivo de un hondo hastío existencial, reflejan el sentir de muchos de nuestra generación que ya se sienten de vuelta, asqueados por casi todo lo que se encuentra a su alrededor. Pero también sé que el sentir de José Manuel no es arrojar la toalla, sino lanzar un grito de rebeldía y protesta que despierte almas dormidas. Nos quedan la esperanza y el compromiso quijotesco, pues, como dice Mario de Andrade en ‘Golosina’, el poema al que corresponde la entradilla con que se abre el texto de José Manuel, “sentimos la prisa por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar”.
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“Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades” (Mario de Andrade)
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Después de surcar olas durante más de medio centenar de inviernos,
aquí me encuentro repasando el pasado,
un desfile de máscaras que el tiempo deshacen,
ambientes hipócritas que el paso estacional desmenuzan,
campo minado de falsedades y encerronas a posteriori desveladas,
fango maloliente de traiciones que a destiempo mal se depuran,
falsos amigos que tardíamente son desenmascarados,
amores vengativos que besan con dagas asesinas,
intransigentes represores que tiran a matar,
ambiciosos colegas lameculos, envidiosos, parásitos y correveidiles por doquier,
interesados disfrazados que te roban el tiempo, la energía y la esperanza.
Después de surcar olas durante más de medio centenar de inviernos,
aquí me encuentro buscando el sentido de la vida
a través de las experiencias y lecciones aprendidas,
para despreciar al manipulador y a los hombres de la guerra,
para mostrar indiferencia a los iluminados, arrogantes, presuntuosos y falsos predicadores sociales,
para ser irreverente ante el orden y el poder establecido,
para señalar a los impostores de la intelectualidad y la Academia,
para ser irrespetuoso ante la injusticia y los tramposos,
para ridiculizar a los ambiciosos acaparadores,
para desobedecer a los crueles explotadores y burlarme de sus esclavos consumistas,
para menospreciar a los traficantes de ideas,
para caricaturizar a los mentirosos, estafadores y mercachifles.
¡Todos fuera de mi vida! Que se vayan y se ahoguen en la mierda.
Después de surcar olas durante más de medio centenar de inviernos,
aquí me encuentro con la vista fija en este momento,
sabedor del corto tiempo que me resta
con la firme convicción de disfrutar cada instante
con apasionada intensidad desde la integridad y la honradez,
vivir en paz conmigo mismo, con mi reducido y selecto círculo,
para amar profundamente desde la sinceridad del corazón y en plena libertad.
José Manuel Castellano
Cuenca (Ecuador), febrero de 2023
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