
Así califica al presidente del gobierno español un veterano y reconocido periodista de ABC, después de que la lamentable falta de perspectiva de Pedro Sánchez devolviera a los titulares a Franco, que ya había desaparecido de la memoria de la inmensa mayoría de los españoles, excepto de la de aquéllos que lo odiaban o lo veneraban.
Ciertamente, el Catálogo para la Memoria Histriónica de Políticos y Pseudointelectuales debería dedicar un volumen íntegro para el registro y el análisis crítico de la insustancial verborrea de un equilibrista que no distingue entre la mentira y la verdad, entre el compromiso y la trampa, entre la rectitud y la trapacería, y que tiene la audacia de calumniar a la oposición, a la que acusa de anticonstitucionalista, cuando él, desde la Presidencia del Gobierno, se prepara a dinamitar la estructura constitucional de España, con el rastrero fin de asegurarse el apoyo parlamentario de formaciones políticas independentistas que apuestan por la segregación de sus territorios del Estado español.