
Dos meses antes de la invasión rusa de Ucrania, el Papa Francisco se reunió con un jefe de Estado que le previno del estallido de la Tercera Guerra Mundial, tal y como reveló él mismo durante un encuentro a puerta cerrada con los directores de las revistas culturales de la Compañía de Jesús en Europa, celebrado en la Biblioteca privada del Palacio Apostólico en mayo de 2022.
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El Papa se mostró convencido de que había estallado ya la Tercera Guerra Mundial y denunció que ésta había sido «provocada o no evitada», con el sucio negocio de la venta de armas como trasfondo. Durísimo alegato del Pontífice, como para quitarle el hipo a cualquiera: «Aquí no hay buenos y malos metafísicos de forma abstracta –advirtió Francisco, sin remilgos–. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados. Un par de meses antes de que empezara la guerra conocí a un jefe de Estado, un hombre sabio, que habla muy poco. Y después de hablar de las cosas que quería, me dijo que estaba muy preocupado por la forma en que se movía la OTAN. Le pregunté por qué, y me respondió: “Están ladrando a las puertas de Rusia. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se acerque a ellos” […] Pero el peligro es que veamos solo esto, que es monstruoso, y no veamos todo el drama que se está desarrollando detrás de esta guerra, que quizá fue de alguna manera provocada o no evitada. Noten el interés en el testeo y venta de armas. Es muy triste, pero al final es lo que está en juego […] Para mí hoy se ha declarado la Tercera Guerra Mundial. Esto es algo que debería hacernos reflexionar. ¿Qué le pasa a la Humanidad, que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo?».