
El Programa Prometeo Viejos Sabios fue planteado como una de las alternativas frente a la crisis docente que enfrentaban las universidades públicas ecuatorianas. La iniciativa fomentó la investigación y fortaleció la educación superior, pero no fue suficiente para solucionar la crisis a la que se enfrentaban las instituciones educativas por la falta de docentes con el título de PhD que exigía la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES).
El primer requisito para ser Prometeo era poseer el título de PhD en el área que vayan a trabajar. Fue clave que los candidatos hayan publicado artículos académicos sobre el tema. Otro requisito fue la experiencia en proyectos de investigación o académicos, haber sido ponente en conferencias, seminarios, foros, etc. Y finalmente haber recibido reconocimientos, becas, condecoraciones o premios por el trabajo científico realizado.
Ya en el Ecuador, los miembros del programa Prometeo podían ser investigadores y docentes de instituciones educativas o instituciones públicas. Varios hicieron ambas cosas. Su mayor obligación fue la transferencia de conocimientos. Ellos debieron dar clases a docentes, investigadores y estudiantes. En lo referente a la investigación ellos estuvieron encargados del diseño y desarrollo de proyectos científicos y académicos, además del monitoreo y evaluación de proyectos de investigación. Como parte de sus obligaciones debían revisar y publicar artículos académicos en revistas científicas indexadas sobre su investigación o sobre el tema de su especialidad.
Las áreas asignadas para la investigación fueron: Patrimonio natural, ambiente y biodiversidad; Recursos renovables y energéticos; Investigación en salud; Desarrollo agropecuario y pesquero sostenibles; y, Ciencias humanas, TIC´s, gestión de riesgos.
El pasado domingo 11 de septiembre, se reveló datos muy importantes sobre Prometeo Viejos Sabios en el programa Tertulia en la Mitad del Mundo: Café de altura para cuatro, organizado por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina y la Tribuna Internacional LA CLAVE, que congregó de modo virtual en torno a ese café a cuatro distinguidos y talentosos intelectuales y profesores universitarios: Gustavo Vega, rector de la Universidad Internacional del Ecuador; Efstathios Stefos y José Manuel Castellano, profesores titulares ambos de la Universidad Nacional de Educación (UNAE). Junto a ellos, y como moderador, participó el doctor Manuel Ferrer Muñoz, PhD.
Sentados los cuatro ante un ‘imaginario’ café de altura, conversaron sobre el programa Prometeo. Durante casi hora y media tuvieron ocasión de intercambiar opiniones en torno a esta iniciativa del Gobierno ecuatoriano que permitió atraer al país, en calidad de becarios, a investigadores radicados en el extranjero poseedores del título de PhD.
Según cifras reveladas en la tertulia, en el programa Prometeo participaron: 850 prometeos provenientes de 50 países. El 40% fueron europeos, la mayoría de España. El 28% de prometeos llegó de Latinoamérica, la mayoría desde Venezuela.
Los prometeos ejecutaron 1.060 proyectos de investigación, el 78% fueron implementados en las universidades. Además, dictaron 3.000 asignaturas, asesoraron 5.000 tesis, dictaron 11.000 talleres de capacitación. Participaron también en más de mil publicaciones por los proyectos desarrollados, publicaron el 60% de artículos indexados y de muy alta calidad, el 60% de artículos tuvieron coautores nacionales. Se estima en 360.000 los ecuatorianos beneficiados con el programa Prometeo, que concluyó a finales de 2017.
Con luz y sombras el programa Prometeo fue bueno, pero no tuvo continuidad. Se politizó, hubo mucho derroche y el programa no alcanzó la brillantez que se esperaba, porque fracasó la misma gestión del proyecto. La SENESCYT nunca presentó un informe de este programa.
Cada segundo domingo de mes se llevará a cabo la Tertulia en la Mitad del Mundo: Café de altura para cuatro, con temas que se irán encadenando. La iniciativa de sus mentalizadores es valiosísima. Un nuevo aporte a la cultura nacional que se hace no sólo con sabiduría y rigor, sino también con audacia y valor ejemplares.