
Pocos podían imaginar que una de las polémicas del verano orbitaría en torno a la figura de Simón Bolívar. El gesto del rey Felipe VI en la toma de posesión de Gustavo Petro en Colombia ha suscitado una agria polvareda, arrastrando a los partidos políticos a un debate enconado. Pero lo cierto es que en España también ha habido una controversia soterrada en torno al militar, que lideró la rebelión contra la Corona. Según ha sabido Vozpópuli, una asociación de militares pidió a Margarita Robles que mediara para que se retirasen en España todas las estatuas dedicadas a Bolívar, al considerarlo un «traidor» que se «levantó contra su patria».
Este diario ya contó que la Asociación Tercios Viejos Españoles dirigió una carta al alcalde de Sevilla, cuyo cargo recaía entonces en Juan Espadas, a la postre candidato del PSOE a las últimas elecciones autonómicas de Andalucía. La asociación de militares consideraba «inaudito» que se honrase su memoria y no la de aquellos «soldados y marineros anónimos que dieron su vida por nuestra nación.
¿El motivo? Considerar a Bolívar un «traidor, por cuanto era español»: «El general rebelde Juan Bautista Arismendi, por órdenes de Simón Bolívar, mandó fusilar a 886 prisioneros españoles en Caracas. Del 13 al 16 de febrero de ese mismo año, añadió a esa lista a otros 500 españoles enfermos y heridos ingresados». Que se recuerde su figura en España «sólo es posible en la confusión de nuestro días», aseveraban desde la asociación.
Después de Sevilla, llegó el turno de Cádiz y de otros municipios que cuentan con representaciones erigidas en nombre de Simón Bolívar o de aquellas figuras que, a partir del siglo XIX, lideraron los procesos de rebelión y de independencia en los territorios americanos. Pero los militares no obtuvieron respuesta de ninguno de ellos, ni por escrito ni por ninguna otra vía de comunicación.