
«Los impulsores del Renacimiento van encontrar quela Edad Media en Cataluña había sido un periodo diferente que en el resto de la Península, ya que durante esa época Cataluña había tenido un estado propio y, de algún modo, había vivido un gran esplendor». Esta es solo una de las afirmaciones recogidas en los libros que se imparten en Cataluña y que han sido objeto de análisis por parte del sindicato de docentes Acción para la Mejora de la Enseñanza Secundaria (Ames). En concreto, se trata de un contenido divulgado en el libro de Historia de la editorial Barcanova y cuyos autores son Cristòfol Trepat y Joaquim Prats.
A través de un informe titulado ‘Adoctrinamiento ideológico en los libros de la asignatura Historia de España de 2º curso de Bachillerato utilizados en Cataluña de 2016 a 2022’, los profesores de Ames denuncian que las afirmaciones sobre los impulsores del Renacimiento son erróneas: «Cataluña no tuvo estado propio en la Edad Media».
«En primer lugar, porque los estados no existían, surgen a finales del siglo XVIII. Y, en segundo lugar, porque Cataluña siempre dependió de la Corona de los reyes de Aragón. Por tanto, aplicar la terminología «estat propi» es algo incorrecto y anacrónico. No desmentir estas afirmaciones lleva al alumno a creerse realidades históricas que nunca existieron y formarse en una mentira», explica la historiadora Vera-Cruz Miranda, autora del análisis sobre el citado libro.
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«La Guerra de Sucesión terminó con la derrota del bando austracista y la victoria del bando de Felipe V. No es la derrota de todo un territorio, eso es una falsedad; sino de un bando en una guerra en toda España. Se pretende hacer creer al alumno que toda Cataluña estaba en contra de Felipe V, cuando no fue así. En Cataluña había gente que apoyaba a cada uno de los bandos, la sociedad, como en cualquier guerra, estaba dividida», sostienen
Y también cargan contra el hecho de que se remarque el tema de la lengua catalana como símbolo «nacional». «Otra afirmación completamente errónea, en Cataluña se hablaba castellano y catalán. No ha sido una tierra monolingüe, pero la lengua se utiliza como herramienta de reivindicaciones políticas desde los orígenes del nacionalismo», zanjan.