
El diestro Ignacio Sánchez Mejías, hombre de cultura, había estudiado bachillerato y dos años de Medicina, era hijo de médico, además de amigo de los poetas y escritores de la generación de 1927, e incluso el mismo había escrito y estrenado obras de teatro. Asimismo, contaba con la amistad de escultores como Mariano Benlliure y pintores como Picasso, Martínez de León, Roberto Domingo y otros. Fue mecenas del premio literario Ateneo de Sevilla y cuando el fatal suceso que segó su vida, todos sus amigos se volcaron en dedicarle letras de recuerdo encendido y admiración.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Y si los poetas y escritores gastaron tinta en su recuerdo despierto, un pintor, Pablo Ruiz Picasso, malagueño y andaluz de corazón quiso también tributarle su particular homenaje y realizó un boceto para dedicarle un cuadro. Aunque todo quedó en proyecto por las circunstancias que se vivían en España en 1935 y 1936, años anteriores a la guerra civil española. En 1937, el Gobierno de la República encarga a Picasso una obra para el Pabellón de España en la Exposición Universal de París, y el artista presentó un cuadro basado en el boceto que había ideado para dedicar a su amigo Sánchez Mejías, en el que aparece un toro y algún motivo taurino más. Del boceto para recordar al amigo torero muerto salió una pintura genial de reconocimiento universal.
25 junio, 2022 en 11:41 am
El artículo es completamente erróneo. La exposición fue en 1937 no en 1939. Picasso no llamó el cuadro «Guernica» eso lo hicieron unos amigos del pintor franceses (burgueses) después. Y más…
25 junio, 2022 en 1:50 pm
Estamos ante un comentario irrespetuoso, por imprudente y agresivo. Hemos corregido esos dos detalles, después de cotejar otras fuentes. Pero hay que saber decir las cosas con amabilidad y espíritu constructivo. Lástima que, puesto que tanto sabes, no prepares y nos envíes otro artículo que refuerce las carencias de éste. No basta decir «y más».