
Las opiniones de Ramonet, expresadas cuando el conflicto acababa de estallar, revelan matices que han pasado inadvertidos para casi todos los medios de comunicación de Occidente, aunque también cabría cuestionarse si, como defiende este profesor de teoría de la comunicación y director de Le Monde diplomatique en español, asistía algún derecho a Rusia para exigir a la OTAN que Ucrania, un Estado soberano, nunca formara parte de la Organización; o si se justificaba el reconocimiento unilateral por parte de Rusia de la independencia de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, que proclamaron su segregación de Ucrania.
Una vez más, asistimos a las consecuencias del error histórico de Europa y de Rusia, empeñadas en la confrontación, cuando comparten muchos valores y una civilización con raíces comunes.