
El párrafo que se reproduce forma parte de una entrevista más larga a este catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad Complutense, accesible desde este enlace. González Requena suma su voz crítica a la de tantos otros que rechazamos de plano los criterios de evaluación que se siguen en la mayoría de las revistas científicas del área de las ciencias sociales y de las humanidades, muchas de las cuales están mercantilizadas cuando no sujetas a acuerdos tácitos de no agresión y de intercambios de favores. En definitiva, González Requena clama contra el gran circo donde, a falta de leones semidrogados, se exhibe a científicos indecentes.
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La mayoría de las revistas funcionan con ‘lectores ciegos’, que la mayor parte de las veces son lectores tuertos; la revista sabe a quién le manda qué artículo. Ese sistema tiene cierta razón de ser en el campo de las ciencias duras (física, química, biología…), porque en ese terreno el examen por la comunidad científica está muy ceñido a los datos experimentales y modelos. Aplicar ese sistema a las ciencias humanas es una mistificación, porque lo único que hace es facilitar una vaga censura ideológica. Como no hay un mundo de datos empíricos concretos a chequear, o de experimentos a revisar, lo que hay de fondo es la ideología de los ‘lectores ciegos’. Esto a lo único que conduce es a la imposición de la mediocridad universal en el mundo de las ‘revistas científicas’, y a la exclusión de cualquier tipo de pensamiento que no entre en la pauta de lo que suena bien.
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