
Al parecer, ha llegado el momento largamente esperado de que los hombres empecemos a recibir piropos de las mujeres.
El que sigue, que me ha hecho llegar una querida amiga, miembro del Club de Escritura que dirijo desde hace casi dos años, constituye uno de esos argumentos que animan a seguir en la pelea diaria y a reforzar la autoestima: “A ti te dejaría el lápiz con los ojos cerrados”. Sin embargo, el piropo me emplaza en una difícil tesitura: si acometo la empresa, cuya ejecución sopeso desde hace tiempo, de escribir una autobiografía, ¿quién me dirigirá unas palabras tan motivadoras?
11 noviembre, 2021 en 8:35 pm
Hay una muchedumbre desconocida por su silencio que no ha sido tan valiente como la ferviente admiradora en lanzarse al ruedo y como líder de la empresa aupadora. Sea esta la ocasión para formar parte del coro que servirá de fondo para reavivar los ánimos y empezar con la noble actividad. ¡Heme aquí!
11 noviembre, 2021 en 8:48 pm
Gracias por la hipérbole, ja ja.