
El texto que reproducimos, redactado en plena pandemia, invita a que los padres se replanteen el papel que desempeñan en el hogar, no ya como proveedores o fiscalizadores de lo que hacen las madres, sino tomando parte activa en los procesos educativos de los hijos, no imponiendo criterios o normas externas, sino incitando, motivando, orientando… ¡y pasando tiempo con los hijos! El clásico acompañamiento a ‘hacer deberes’ ha quedado ya desfasado. Se requiere la presencia paterna en la formación de la personalidad, en los tiempos de descanso, en el deporte, en las salidas al campo o a la playa…
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La paternidad está en transición. En los últimos años ha aumentado el número de minutos que los padres dedican a sus hijos, ha crecido la participación de los hombres en el periodo perinatal, ya sea en las visitas al ginecólogo o en las clases de preparto, y ha florecido un interés genuino por querer estar más involucrado en el cuidado de los hijos.
No obstante, queda camino. Son muchas las barreras, conscientes e inconscientes, que limitan a los padres a su plena involucración, y en consecuencia negando múltiples beneficios a los hijos, a las madres y a ellos mismos.
24 octubre, 2021 en 10:40 pm
He pasado la mayor parte de mi infancia cerca de mi padre (prácticamente no he disfrutado la presencia de una madre), por lo que puedo decir que esa figura de autoridad, apoyo, seguridad emocional y física resultó de gran ayuda. Creo que el hecho de que los padres se involucren, estén pendientes de tus deberes y se preocupen por ti te marca de una manera asombrosa. Siento que juegan un papel importante en el crecimiento de los hijos, pues yo dependí mucho de mi papá y sólo cuando entré a la universidad dejé de acudir a él en todo momento y empecé a hacer trámites por mi cuenta: pero la seguridad de que él estaría orgulloso de mí fue también una gran motivación.
24 octubre, 2021 en 10:44 pm
Estoy de acuerdo en gran medida con el artículo, pues los padres deben estar más presentes. Ambos padres son importantes en la formación de un niño; en mi caso yo cocino fatal, y creo que se debe a la ausencia de mi madre.