
En Oxford (Inglaterra), tan lejos de Colombia, nació Una conversación pendiente (Planeta, 2021), que es la historia de dos vidas y el retrato de un país. Los recorridos de Juan Manuel Santos (Bogotá, 70 años) e Ingrid Betancourt (Bogotá, 59 años), dos de los personajes políticos colombianos más destacados de los últimos treinta años, se cruzan decenas de veces hasta juntarse en un pub inglés, en el que se hablan como nunca lo habían hecho. Él, ya expresidente, Nobel de la Paz 2016, abuelo de dos nietos. Ella, excandidata presidencial, secuestrada seis años por las FARC en la selva, abuela de tres.
Ambos nacieron en cunas de la élite económica y política bogotana y crecieron saludando en la sala de su casa a los más poderosos del país. En los noventa desembarcaron en la política. Él iba a ser director del periódico El Tiempo, en manos de su familia, pero prefirió “el poder a la influencia”. Ella, que vivía en Francia, decidió volver al país cuando Pablo Escobar mató al aspirante a presidente Luis Carlos Galán, con el que trabajaba su madre y sobre el que gran parte de la sociedad colombiana había puesto sus esperanzas para romper la cada más estrecha alianza entre la política y el narco.
Empezaron a conocer casi de la mano los entresijos del poder colombiano, que ahora desmenuzan desde su posición de testigos irrepetibles. El secuestro de Betancourt por la guerrilla de las FARC en 2002, un cautiverio atroz que dio la vuelta al mundo, los acabó de unir para siempre en un rescate de película. Santos era el ministro de Defensa del Gobierno de Álvaro Uribe cuando la Operación Jaque, en 2008, rescató a Betancourt y otros secuestrados sin pegar un solo tiro.
De esto hablaban Ingrid y Juan Manuel en un pub de Oxford hace un par de años. Uniendo las visiones, anécdotas y sentimientos de ambos desde los dos lados de un episodio del que fueron protagonistas. Santos pensó que aquello era “una historia maravillosa” que había que escribir. Lo que siguió fueron cuarenta horas de conversación virtual a lo largo de quince meses, en medio de la pandemia, moderada y ordenada por el escritor Juan Carlos Torres. El resultado son más de quinientas páginas de dos personajes claves que “desde el alma”, asegura Betancourt, cuentan su visión de un país que convivió con la guerra durante más de cincuenta años.
Entre el cariño y la admiración mutuos, la víctima de las FARC y el promotor del acuerdo de la paz con la guerrilla despellejan la realidad colombiana. Critican o alaban, sin compasión ni rubor, a expresidentes o ministros del presente y del pasado. Una conversación pendiente llegó a las librerías en Colombia esta semana, a las puertas de un año electoral clave para el país. Los autores conversan con El País, él desde Colombia y ella desde Francia, en una entrevista en línea, como se fraguó el libro.