
Entrevista con Andreas Schleicher, padre del informe PISA, la mayor y más influyente prueba educativa internacional, organizada por la OCDE. PISA mide los conocimientos en matemáticas, ciencias y lectura de los alumnos de 15 años y ofrece una gran radiografía comparada de los sistemas educativos: en 2018 participaron 79 países.
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P. En España supone un gran cambio desde el actual currículo (el sistema de aprendizaje y evaluación), que suele describirse como enciclopédico, con centenares de ítems muy específicos de cada asignatura que los alumnos deben aprender y los profesores evaluar.
R. El actual currículo en España tiene, digamos, un kilómetro de amplitud y un centímetro de espesor, y creo que no es bueno para los estudiantes. El futuro para España debería pasar por enseñar menos cosas, pero de forma más profunda, generando más compresión. Apilar por ejemplo muchos contenidos de Física y Química por sí solo no va a resultarte de gran ayuda. La cuestión es: ¿puedes pensar como un científico, diseñar un experimento?, ¿entiendes el concepto de causa y efecto? Eso es lo más importante. Y lo mismo sucede con la Historia. Recordar todos los nombres y lugares no te ayuda. La cuestión es: ¿puedes pensar como un historiador, entender cómo ha emergido y evolucionado la narrativa de una sociedad? El mayor éxito de la escuela es dar a los jóvenes estrategias y actitudes para que cada día puedan aprender y puedan también desaprender y reaprender cuando el contexto cambia.
R. Cambiar el currículo siempre exige mucha valentía. Todos nos ponemos muy ansiosos cuando nuestros hijos dejan de aprender lo que solía ser importante para nosotros. Y nos ponemos todavía más ansiosos cuando empiezan a aprender cosas que ya no entendemos. Es un fenómeno habitual. Pero el mundo a nuestro alrededor está cambiando. Las cosas que eran fáciles de enseñar y evaluar son también fáciles de digitalizar, automatizar y externalizar, y están desapareciendo de nuestro entorno.
P. Una de las críticas al cambio sostiene que perjudicará especialmente a los alumnos de aquellas familias que no tienen la cultura o el dinero necesarios para proporcionarles conocimientos adicionales fuera de la escuela.
R. Hay mucha gente en España que completa titulaciones universitarias avanzadas y tiene dificultades para encontrar un buen trabajo. Y al mismo tiempo, los empleadores españoles dicen que no encuentran a las personas con las habilidades que necesitan. Ese es el problema fundamental. Tienes al sistema educativo preparando para un mundo que ya no existe y no haciéndolo para el mundo que estamos viendo emerger. Es duro para los padres aceptar que el mundo de nuestros hijos es diferente a la imagen que tenemos del nuestro. Pero en eso consiste la educación. En preparar a los estudiantes para su futuro, no para nuestro pasado.
P. Un sector de los docentes también rechaza el nuevo modelo educativo.
R. Es duro, si siempre has enseñado de determinada manera, cambiar tus hábitos, planteamientos y creencias. Creo que es muy importante apoyar bien a los profesores en el cambio. No puedes decir simplemente: cambiamos el currículo, arréglatelas. El sistema debe invertir para ayudarles y prepararlos. De otra manera, los cambios no desarrollan raíces profundas.
P. Algunas autonomías españolas han puesto en marcha el aprendizaje por ámbitos de conocimientos, la mezcla de asignaturas, por ejemplo Lengua e Historia o Matemáticas y Tecnología, para hacer el aprendizaje menos compartimentado y más aplicado. ¿Qué opina?
R. Es muy importante que los estudiantes sean capaces de pensar más allá de los límites de las asignaturas. La innovación hoy no consiste en ser muy, muy bueno en un aspecto muy restringido, sino en ser capaz de conectar los puntos. Así que me parece muy prometedor. Pero es muy difícil hacerlo bien. Si quieres que los estudiantes piensen más allá de los límites de las disciplinas, los profesores tienen que colaborar más allá de esos límites. El profesor de Historia y el de Lengua deben trabajar juntos para implementarlo bien. Es una idea sencilla y buena, pero hacerla bien requiere mucha capacidad.
P. Ha habido una gran diferencia en la duración de los cierres escolares, incluso entre los países desarrollados. En España los colegios se han mantenido siempre abiertos este curso, pero en otros lugares los cierres han durado más de un año. ¿A qué lo atribuye?
R. El caso de España ha sido muy impresionante. Cuando se produjo el cierre escolar el país también fue muy rápido a la hora de establecer una alternativa digital. Las autoridades lo han hecho bien. Las diferencias tienen que ver con la prioridad que da a la educación cada sociedad. ¿Cierras primero los centros comerciales o las escuelas? Suecia nunca cerró las escuelas primarias. Incluso cuando la situación de la pandemia era muy grave lo consideraron una prioridad. También tenían la capacidad. Depende mucho de tener profesores que puedan manejar bien la pandemia en la escuela.