
Se calcula que entre los años 1932 y 1933, entre 1,5 y 4 millones de personas murieron de hambre y enfermedades derivadas en la antigua República Socialista Soviética de Ucrania. La cifra se eleva a 12 millones si se suman otras regiones de la URSS afectadas.
Como siempre en estos casos, los historiadores no se ponen de acuerdo respecto a las cifras, pero no es la única controversia que existe en torno al llamado Holodomor, un trágico episodio de gran hambruna colectiva -en ucraniano significa ‘matar por hambre’- que ha permanecido oculto para el gran público.
La razón de esta poca difusión tiene que ver precisamente con el debate sobre los hechos históricos. Hoy en día casi nadie discute la magnitud de la tragedia ni que ésta fue el resultado de las políticas de Moscú, pero aún se duda de la intencionalidad del régimen soviético.
¿Hubo un plan deliberado de Stalin para reprimir el creciente nacionalismo ucraniano o bien el Holodomor fue la consecuencia no deseada de una mala política? ¿Debe considerarse un genocidio? Aunque no hay respuesta concluyente, la mayoría de expertos cree que sí: que el dictador georgiano quiso así dar una lección a la burguesa y rebelde Ucrania.