
Datos completos:
Gervasi, Francesco (coord.), Diversidades. Perspectivas multidisciplinarias para el estudio de la interculturalidad y el desarrollo social, Coahuila, Universidad Autónoma de Coahuila, 2016
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Introducción
Tal como el paradigma tradición/modernidad dominó el siglo pasado, el paradigma homogeneidad/diversidad es el marco de referencia que predomina en la actualidad, para entender a las sociedades contemporáneas y los conflictos que en ellas se producen (Zapata-Barrero, 2008). Sin embargo, los paradigmas no surgen de la nada, sino que ellos mismos están enraizados en visiones y decisiones de carácter político-filosófico. Por ello, la declaración de la UNESCO de 2001 sobre la importancia de la diversidad cultural no es un hecho menor. Sin embargo, y dado que el presente libro se publica en México, es relevante enfatizar que fue la llamada “Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (MONDIACULT) llevada a cabo en este país en 1982, que sentó las bases para la valorización de la diversidad cultural, convirtiéndose en el nuevo paradigma (finalmente adoptado en el presente siglo) sobre los principios orientadores de las políticas culturales, entre ellos: a) la identidad cultural, enfatizando la importancia de la promoción y valorización de la diversidad cultural, b) la dimensión cultural del desarrollo que valoriza los factores culturales para el desarrollo equilibrado, c) la cultura y la democracia, abogando por la descentralización de los espacios culturales y un acercamiento de la cultura a toda la población (que posteriormente evolucionó hacia la democratización de la cultura vía participación) y d) patrimonio cultural, defendiendo las obras materiales e inmateriales, aumentando así la protección internacional a través de las declaraciones de patrimonio inmaterial de la humanidad. Estos cambios, se instrumentalizan y visibilizan más, ya en el siglo XXI.
Si la realidad cambia y evoluciona, también deben hacerlo las ciencias sociales. Por eso, para adaptarse a la diversidad y todo lo que ello implica, las ciencias socia- les deben abandonar las prácticas demasiado cerradas en sí mismas, y al mismo tiempo fomentar el diálogo interdisciplinar y multidisciplinar, el cual permite una mejor y más profunda comprensión de la complejidad que supone la diversidad. Inclusivamente, para muchos autores, la globalización y la aceleración del tiempo y del espacio, han conducido a que la diversidad haya evolucionado hacia la superdiversidad o hiperdiversidad. Mientras la superdiversidad (Vertovec, 2007) supone la presencia o coexistencia de grupos con características socio-económicas y demográficas, étnica y culturales específicas en una entidad espacial determinada como la ciudad o el barrio; la hiperdiversidad implica no sólo la intensa diversificación de la población según criterios socio-económicos y étnicos, sino que también incluye los estilos de vida, actitudes y actividades (Tasan-Kok et al, 2014). Sin embargo, ya sea que se trate de la diversidad, la superdiversidad o la hiperdiversidad que señalan “cuestiones incrementales”, interesa también su contenido.