Recogemos aquí una escueta información sobre la vida y la obra de este poeta y periodista ecuatoriano, cuyos escritos arrojan luces para el conocimiento de las provincias de Guayaquil y Manabí durante el primer tercio del siglo XX. Como ocurre con excesiva frecuencia, por la desidia de quienes debieran velar por la conservación de las memorias históricas de la costa ecuatoriana, los escritos de Navas resultan de muy difícil acceso y sólo de modo excepcional han sido objeto de reediciones.
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José Buenaventura Navas Villafuerte (+1940) realizó una intensa labor periodística, plasmada en diversas publicaciones de la época, algunas de las cuales vieron la luz gracias a su impulso: Luz y Sombra, Primavera Literaria, El Pensamiento, Juan Montalvo, Olmedo, La Pluma y Bandera Roja. Fue, además, director y propietario de la revista mensual Variedades, que se vendía en Ecuador, México y Bolivia.
Navas Villafuerte es autor de monografías cantonales de gran interés, que retratan con viveza las condiciones de vida, la política local y la microeconomía de diversas poblaciones de la costa sur ecuatoriana: Manabí, Guayaquil, Milagros, Urdaneta, Balzar, Daule, Santa Elena, Jipijapa. Realizó modestas e inteligentes incursiones en el pasado histórico de algunos de esos lugares, como es el caso de Evolución social del obrero en Guayaquil (1920, reeditada en 2015), o Monografía histórica e ilustrada de la provincia de Manabí (1936).
Nuestro personaje incursionó también en la poesía. En el país del ensueño (Guayaquil, 1916) se nos muestra profundamente amargado por sus amores fracasados y por los avatares de la vida política de su país, manejada por indignos ‘politiqueros’, que le arrancan expresiones tan dolorosas como éstas: “Hija de maldición: en sus entrañas / ha alimentado a todos los tiranos / que regaron los valles i montañas / con la sangre infeliz de sus hermanos […] / ¡Política menguada!… Yo quisiera / verte a polvo i escombros reducida, / i ver hecha pedazos tu bandera / que es símbolo de infamias en la vida”. La muerte en combate de su primo, Horacio Villafuerte, le hace maldecir con horror la guerra civil que desangraba la costa pacífica del país en 1914: “Toda guerra entre hermanos es una guerra impía / que siempre he aborrecido de todo corazón, / porque detesto el crimen, i sé que en las contiendas / civiles i sangrientas impera la traición”.
Por último, cabe destacar la reiterada presencia del suicidio en la producción poética de Navas Villafuerte, en la línea de otros poetas ecuatorianos contemporáneos, algunos de los cuales, como Medardo Ángel Silva (1898-1919), pusieron fin a su existencia en plena juventud.