ICSH

Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades

¿Quién se acuerda de los temporeros inmigrantes de España?

Deja un comentario

En estas fechas leemos, un día sí y otro también, sobre el traslado de personas a la Península desde Canarias, adonde llegaron en pateras desde la costa africana.

Y todos se hacen cruces. ¡Van a contagiarnos!, ¡qué peligro!

Su semipresencia -nadie los ve ni los oye, en realidad son semipersonas- sólo sirve de arma arrojadiza contra un Gobierno que, como en casi todo, actúa a hurtadillas, escondiendo aquellos desplazamientos para no alarmar más a una población a la que se ha encargado de aterrorizar durante meses.

Nadie piensa ni habla hoy de los temporeros, llegados también en su momento desde las costas de África, tratados casi siempre -hay honrosas excepciones- como carne de cañón sólo apta para el trabajo que, por su dureza, nadie acepta.

Durante un tiempo, los temporeros tuvieron que realizar sus labores en nuestros campos sin mascarillas, que no llegaban para todos: situados en el extremo de la ‘cadena alimenticia’, relegados a la condición de perros vagabundos, vivían en las calles, rodeados de miseria y, por consiguiente, se hallaban siempre al final de las colas de suministros de esos tapabocas reservados para gente de más categoría.

No sé si la situación habrá cambiado. Pero da igual. No se les ve en las grandes ciudades y ya no nos asustan, porque a fin de cuentas los emplazamos siempre al margen de los circuitos en que nos desenvolvemos quienes nos consideramos personas; ellos, encerrados en las jaulas en que los recluye nuestro egoísmo, se mantienen a una prudente distancia que evita el riesgo de contagio.

Pero se trata de seres humanos, aunque nos pese y aunque su condición de ‘ilegales’ -maldita sea la palabra- los oculte de nuestra mirada y nos los presente como incómodos fantasmas que insisten en llamar a las puertas de nuestras insensibles conciencias.

Así fue percibido Jesús cuando nació. No había sitio para su familia en las posadas. Y todo un rey se asustó tanto por el suceso de su llegada a este mundo que, para asegurarse de que no pondría en peligro el reino, desencadenó una matanza de los niños menores de dos años que había en Belén y alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los Reyes Magos.

Tampoco esto importa demasiado. Ya quedan muy pocos niños, y a los pocos que quedan los tenemos tapaditos con mascarillas (así molestan menos). Y de la Monarquía ya se encarga Podemos, con la ayuda involuntaria del rey emérito, utilizado como ariete por quienes pretenden subvertir el orden constitucional para instaurar una arcaica dictadura pseudocomunista.

En todo caso, y por si aún nos quedara un resto de conciencia, leamos esto que publicó Montse Espanyol en La Razón cuando todavía quemaba el fuego del verano en los campos que los temporeros regaban con sus sudores.

_____

Cuando en España todavía estaba limitada la libertad de movimiento, miles de migrantes se las ingeniaron para llegar a Aragón y Cataluña. Una docena de brotes en empresas hortofructícolas puso el foco en este colectivo. Las condiciones precarias en las que viven actuaron de caldo de cultivo para el virus, que saltó de las empresas a los domicilios y de los domicilios a la calle. En un abrir y cerrar de ojos ya había contagio comunitario.

[…]

“La culpa no es de los temporeros, es de los políticos que no han sabido anticiparse a su llegada. Vienen cada año, ¿por qué no iban a venir?”, pregunta Axel, a la puerta de su comercio, Bolsos La Parada, en Lérida. “La covid no ha hecho más que descubrir a la ciudadanía un problema social que Lérida y otros puntos como Huelva o Almería conocen hace tiempo”.

Acceso al texto en fuente original

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.