Robaba a los que tenían plata y la repartía entre los pobres. Quitaba al que tenía para dar al que carecía de todo. Sus fechorías eran bien conocidas por los habitantes de los barrios cucuteños de Gaitán, Alfonso López y Cundinamarca en los años sesenta del siglo pasado.
En Cúcuta todos conocen a Fabio Isaza, muerto a manos de la policía el 24 de agosto de 1964; y cada día recibe numerosas visitas que traen sus ofrendas: flores, latas de cerveza, aguardiente, cigarrillos encendidos, marihuana, bazuco…; y se le hacen serenatas, y se celebran misas ante su tumba, en el Cementerio Municipal, en la parte alta del barrio San José. Y eso porque el decir de la gente es que obra milagros: poder comprar una casa, un coche o una moto; conseguir esposo, o ganarse el chance.
El realismo mágico de García-Márquez se queda corto cuando uno se acerca a la cotidianidad de tantas ciudades y tantos pueblos de Colombia.
Más información:
http://cronicasdecucuta.blogspot.com/2011/12/105-el-cementerio-central-y-leyenda.html
https://www.facebook.com/watch/live/?v=893640437704682&ref=watch_permalink