La proliferación de métricas para medir la actividad científico-académica, y el aumento en paralelo de instrumentos para la obtención de las mismas, llevan al siguiente y necesario paso: reflexionar sobre las condiciones adecuadas de su utilización, sobre todo para la evaluación de carreras académicas, puesto que hablamos de vidas humanas.
Por fortuna, nos pueden ayudar dos declaraciones sumamente importantes (de 2014 y 2012, respectivamente), apoyadas por miles de investigadores de primera línea de todo el mundo, y que trataremos en lo que sigue. Se trata de las siguientes:
- El Manifiesto de Leiden sobre indicadores de investigación
- Declaración sobre Evaluación de la Investigación (DORA) de San Francisco
En los dos casos, lo que haré será reproducir los puntos esenciales de cada uno, como parte de una modesta contribución a su difusión, y después presentaré alguna síntesis. Creo que, como motivación para considerar ambas declaraciones, pueden servir dos párrafos seleccionados y procedentes de cada una de las declaraciones.