D. Lopes. La fiesta sin fin de Nicolasito.
El mismo día en que el gobierno de Nicolás Maduro anunció la implementación de una «cuarentena radical, social, disciplinada y consciente», el hijo del presidente celebró su 30 cumpleaños por todo lo alto. Después de veinte años de revolución bolivariana, seguramente a nadie le sorprenda que las principales figuras del régimen sean las primeras en burlar o abiertamente incumplir sus propias reglas. De todos modos, hubo quien protestó. Los vecinos llamaron a la policía para quejarse de la ruidosa –e ilegal– fiesta de Nicolasito, el primogénito y aparente heredero del chavismo. La respuesta que obtuvieron, vía Twitter, fue que las autoridades «no pueden hacer nada» porque la celebración estaba custodiada por miembros de la seguridad presidencial. El tuit, que también indicaba que Maduro padre estaba presente esa noche, fue enviado por Javier Gorriño, jefe de seguridad del municipio El Hatillo, en Caracas. Gorriño fue detenido y acusado de instigación al odio y se encuentra en arresto domiciliario desde el martes.