El pormenorizado análisis que sigue, sobre la experiencia vivida en Grecia con el ascenso al poder de Alexis Tsipras y su posterior fracaso, se publicó días después de la derrota electoral de Syriza, el 7 de julio de 2019, en la Wordl Socialist Web Site, órgano de expresión del Comité Internacional de la IV Internacional, que se considera depositario de la tradición y legitimidad trotskistas.
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La derrota electoral del Gobierno de Syriza (“Coalición de la Izquierda Radical”) en julio de 2019 puso fin a una experiencia estratégica para la clase obrera griega e internacional.
Cuando el primer ministro Alexis Tsipras asumió el poder cuatro años antes, prometiendo anular el Memorándum con la Unión Europea (UE), toda la pseudoizquierda de clase media declaró que la victoria del partido constituía un triunfo masivo para la clase obrera y una alternativa “radical” al capitalismo.
Estas fuerzas defendieron a Syriza como un modelo para todos los partidos y líderes políticos “del 99 por ciento” —desde Podemos en España al Partido Laborista de Jeremy Corbyn en Reino Unido y el autoproclamado “socialista” de Estados Unidos, Bernie Sanders—.
En cambio, Syriza impuso el conjunto de medidas de austeridad más profundas en la historia moderna, a excepción del Partido Comunista estalinista duranta su disolución de la URSS. Al mismo tiempo, convirtió a Grecia en un Estado cuasipolicial y llevó a cabo la política más agresiva contra refugiados de toda Europa.
Cuatro años después, un electorado frustrado y empobrecido expulsó a Tsipras del poder. Con una abstención masiva, la odiada Nueva Democracia (ND) de derecha ha vuelto al poder.
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Los cuatro años de Syriza en el Gobierno han ofrecido lecciones políticas devastadoras y costosas para la clase obrera internacional. La tarea presente es extraer las conclusiones políticas de estas lecciones.
Esta experiencia demuestra inmemorablemente la imposibilidad de combatir un orden capitalista en bancarrota votando a favor de partidos “populistas de izquierdas” e implementando reformas dentro del capitalismo. La traición llevada a cabo por Syriza, cuya base de clase es la pequeña burguesía enriquecida, será repetida si partidos similares llegan al poder en otras partes. El camino adelante es adoptar la perspectiva del marxismo clásico, es decir, el trotskismo: la movilización revolucionaria del poder industrial y económico pleno de la clase obrera internacional para asumir el control de la vida económica y el poder estatal.