Y sigue la búsqueda de explicaciones sobre los orígenes de la pandemia del coronavirus. En este artículo recogemos una de esas hipótesis provisionales.
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Reconocido en el ámbito académico, el virólogo y director del Instituto Berlín Charité, Christian Drosten, se ha convertido desde los inicios de la pandemia del nuevo coronavirus en una de las personas más influyentes de Alemania. Y a él no solo recurren las autoridades, sino también una gran parte de la población.
Drosten, de 48 años, es uno de los principales expertos del mundo en coronavirus, quien diseñó en 2003 el primer test para el SARS y cuyo equipo creó también en el mes de enero el primer test disponible para detectar el COIVID-19. El profesor universitario, que destaca su independencia política, es uno de los mayores asesores del gobierno de Ángela Merkel en su estrategia para intentar frenar la pandemia y desde los primeros momentos abogaba por la necesidad de distanciamiento y de cancelar los eventos masivos, pero continuando con una vida normal.
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En una reciente entrevista para el periódico inglés The Guardian, Drosten reconoce sin embargo que muchos lo ven como «el malvado que está paralizando la economía alemana». Es que el virólogo tiene aún sus dudas sobre la forma en la que se hará la desescalada en Alemania, y advierte sobre los riesgos que pueda tener la implementación a criterio de cada Länder e impulsada por intereses políticos y económicos. «Me temo que vamos a ver mucha creatividad en la interpretación de ese plan. Me preocupa que el número de reproducción comience a subir nuevamente, y tengamos una segunda ola», afirma el experto.
El asesor de Merkel -a quien defiende por su carácter como una gran líder en la gestión de la pandemia- tiene además sus dudas en el origen de la actual pandemia por el SARS-CoV2. Consultado sobre este tema, Drosten asegura que todo comenzó en China, pero que no ve motivos para asumir que el primer contagio fue en el mercado de alimentos de Wuhan, ni que el pasaje del coronavirus entre animales y humanos esté ligado al pangolín. En cambio, el virólogo insta a estudiar los lugares en donde se cría el tanuki.
«Los tanuki (perros mapache) son una industria masiva en China, donde son criados en granjas y cazados por sus pieles. Si alguien me diera unos cientos de miles de dólares y acceso libre a China para encontrar la fuente del virus, buscaría en lugares donde se cría el tanuki», asegura.