Nos encontramos a las puertas de una devastadora pandemia de consecuencias nefastas e incalculables. Este nuevo virus ya está infestando a numerosas familias. Los reajustes laborales están poniendo en la calle a una legión de trabajadores en todas las actividades productivas y profesionales.
El ECO-20 está llenando los hogares de desesperanza, miseria y vaciando sus despensas. Una crisis de subsistencia que se irá propagando y esparciendo su oscura sombra, que afectará con mayor virulencia, por desgracia y como siempre, a los sectores sociales más precarios, pero que también golpeará de lleno a las clases media y media-alta. Una afectación generalizada que acentuará aún más esas brechas abiertas de desigualdad: una inmensa mayoría sin nada, sin futuro, y una exigua minoría detentadora de todos los recursos.