Confío en que esta muy corta lectura les ayudará a entender la torpeza de los gestores de la educación pública y privada, obsesionados por convertir los hogares en aulas, con amontonamiento de deberes y más deberes.
En España, la persecución que sufren los docentes, acosados por inspectores celosos del cumplimiento de ‘órdenes superiores’, se traslada a los padres y a los pobres chicos, que no saben cómo atrincherarse frente a ese cúmulo de tareas odiosas.
Por desgracia, las prácticas imperantes en la educación española se alejan del genuino espíritu de lo que debe ser el esfuerzo educador: potenciar las capacidades de los jóvenes, desarrollar sus potencialidades, estimular su curiosidad y dotarles de materiales de construcción para que ellos sean los arquitectos, y no albañiles atosigados por quehaceres que convierten en odioso lo que debiera ser atractivo.
Si en algo les he convencido, no dejen de acceder a textos publicados en el blog sobre Educación en casa:
Claves para un ‘homeschooling’ sostenible para un confinamiento prolongado