El Gobierno ecuatoriano acaba de recortar el presupuesto de las universidades en poco más de 98 millones de dólares, violando todos los artículos de la Constitución que garantizan las asignaciones presupuestarias, sin que el actual estado de excepción pueda justificar ese ajuste.
Esta medida pone en riesgo la permanencia del personal académico y administrativo, con las correspondientes dramáticas consecuencias.
La universidad ecuatoriana, condenada a muerte por asfixia, entra en capilla. Y, al mismo tiempo -y paradójicamente-, la universidad en Ecuador entra en lucha.
3 mayo, 2020 en 7:40 pm
¡Ya han empezado los despidos! Confiemos en que la reacción de las universidades no llegue tarde. Ante la imposibilidad de movilizaciones, la única medida asequible es una huelga indefinida. Ahora veremos si de veras están dispuestas a plantar cara al tirano.