El psicofisiólogo estadounidense Stephen W. Porges (New Jersey, 1945) nos recibe por Skype en su despacho con vistas al mar, en el norte de Florida. Cuando se produce la llamada y aparece su imagen, Porges acerca la cara a la cámara, según dice, para «acortar la distancia social» a la que estamos sometidos. Una situación, la del confinamiento, que considera un trauma severo y un castigo equiparable a una celda de aislamiento en la cárcel. Porges enunció la extendida teoría polivagal (publicada en castellano por la editorial Eleftheria) para explicar la reacción fisiológica de nuestro sistema nervioso ante el peligro. Según él, además de la huida o la lucha, estamos cableados para una tercera respuesta: la inmovilización.