En este artículo del diario El País se narra la historia del papá que jugaba para que su hija se riera de las bombas.
En una conversación telefónica con su amigo Mehmet, Abdalla Mohamed, refugiado de la guerra en la ciudad de Sarmada, cerca de la frontera sirio-turca, le contó lo que hacía muchos días con su hija, Salwa, para que el estruendo diario de las bombas no golpeara su pequeño corazón de tres años. Jugaba un poco al engaño para proteger a su niña. Jugaba a que lo que sonaba no era la guerra, sino otra cosa mucho más divertida. Y mandó un vídeo a su amigo, al que pueden acceder desde aquí. Es otra cara del cruento conflicto sirio.
26 febrero, 2020 en 6:08 pm
Apenas hace unas horas, esta familia ha podido internarse en Turquía, lejos del peligro que les ha rodeado durante años: https://elpais.com/internacional/2020/02/26/actualidad/1582717800_732458.html