“Ahora es nuestro momento de construir espacios de lectura, de reflexión, de debate y de crítica que permitan cimentar una revolución cultural encaminada a cambiar el mundo, a hacerlo más humano, solidario, colectivo y formado. A construir espacios de convivencia donde importe más la colaboración que la competición, donde a veces decrecer sea positivo, donde se entienda que existen muchas rentabilidades igual de necesarias y donde los ajustes se hagan mirando siempre a las personas y no a las bolsas. La arqueología, como herramienta para entender nuestro presente gracias al pasado, como instrumento para construir identidad y como argamasa para fortalecer las relaciones humanas tiene mucho que decir a la hora de cambiar el futuro”.
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