Este breve ensayo de Montserrat González Parera constituye una invitación a ‘sentipensar’ la educación, estimulando la práctica del teatro como instrumento al servicio de los procesos de aprendizaje. La inserción de este trabajo en el blog da continuidad a una línea de propuestas metodológicas ya esbozada en una entrada anterior del blog (Manuel Ferrer. Volver a casa)
En palabras de la autora, “todos somos actores en el sentido de vivir las dimensiones formativas y creativas del teatro como una actividad ludiforme de desarrollo y aprendizaje. El teatro es un escenario educativo rico en estímulos, idóneo para la formación en armonía de la persona y cuanto le rodea. Además, con el teatro potenciamos la expresión libre y la creación, que pueden ser un perfecto entrenamiento de competencias para la vida”.