Este texto de quien fuera vicepresidente de Bolivia desde el 22 de enero de 2006 hasta su dimisión el 10 de noviembre de 2019 denuncia el odio racial como el lenguaje político de la clase media tradicional. Y, ante el hecho consumado del “golpe de Estado”, plantea un interrogante:
“La pregunta que todos debemos responder es ¿cómo es que esta clase media tradicional pudo incubar tanto odio y resentimiento hacia el pueblo, llevándola a abrazar un fascismo racializado y centrado en el indio como enemigo? ¿Cómo hizo para irradiar sus frustraciones de clase a la policía y a las FF. AA. y ser la base social de esta fascistización, de esta regresión estatal y degeneración moral?
Aunque el texto de García Linera está inevitablemente sesgado por razón de origen, y carece de veracidad en algunos pasajes (no es cierto que “Evo Morales gan[ara] las elecciones con más de 10 puntos de distancia sobre el segundo”, pues está más que probada una tosca y descarada manipulación de los resultados tras un ‘casual’ apagón que permitió una inexplicable recuperación de la candidatura de Morales), no deja de constituir una ocasión para reflexionar acerca de los conflictos interétnicos en Bolivia como caldo de cultivo para la crisis que, larvada durante años, ha estallado recientemente.