Nos llegan noticias de que en muchas universidades -sería el caso de la Central de Quito y de la Vargas Torres de Esmeraldas, por citar dos polos extremos-, los profesores vinculados a la institución por contratos ocasionales están cobrando exclusivamente los meses en que imparten docencia. Y no perciben ingreso alguno el resto del tiempo, que puede alcanzar hasta dos meses.
Cuesta imaginar mayor precariedad laboral, pero no, en Ecuador todo es posible, y el vicepresidente de la República anuncia para este domingo una reforma laboral que empeorará aún las condiciones de los trabajadores.
¿Quién se explica el empeño de Lenin Moreno por acceder a la Presidencia, a cualquier costo, para exhibir ante el pueblo ecuatoriano su incapacidad para mejorar las condiciones de vida de la población?