Las decisiones que toman los investigadores están afectadas por los sistemas de evaluación. Para crecer en sus carreras profesionales deben publicar en revistas de alto impacto o sobre temas que interesan a la comunidad científica internacional. En países en desarrollo, las investigaciones suelen quedar disociadas de las necesidades de las sociedades que las financian. Valeria Arza y Emanuel López explican cómo la incorporación de prácticas de ciencia abierta en los sistemas de evaluación científica puede ayudar a enfrentar este problema y asegurar que las investigaciones mantengan relevancia local.
Reproducimos a continuación algunos pasajes de este importante artículo, que puede leerse completo a través del enlace que aparece al final del texto.
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Las decisiones que toman los investigadores se encuentran inevitablemente afectadas por los sistemas de evaluación. Los sistemas actuales de evaluación de la ciencia se han ido moviendo hacia el uso de indicadores cuantitativos, que miden cuánto publican los investigadores y cuál es la calidad percibida de esas publicaciones, utilizando los factores de impacto de las revistas académicas (o métricas similares elaboradas sobre la base de citas a publicaciones) como aproximaciones a la “calidad”. Esto se justifica asumiendo que las publicaciones son el resultado principal de la investigación científica y que los científicos deciden citar las publicaciones que son de buena calidad.
Dado este esquema de incentivos, los investigadores comprensiblemente apuntan a publicar artículos en revistas de alto impacto, es decir, aquellas que contienen artículos que en promedio son altamente citados. También los editores de revistas académicas toman decisiones buscando maximizar los factores de impacto; entre otras medidas, al recibir publicaciones evalúan si los temas de investigación dispararán suficiente interés global como para ser ampliamente citados. De alguna forma, se les pide a los científicos que investiguen sobre temas que atraen la atención de la comunidad científica internacional, que es la que cuenta a la hora de abultar el número de citas. Para los investigadores de países en desarrollo, la implicación es que quizás deban investigar sobre problemas que afectan a otras sociedades y no sólo sobre la propia, o atenerse a algún aspecto de su país que sea de interés mundial. Así, con independencia de cuán rigurosa sea la investigación o cuán útil resulte para las necesidades de sus países, no deben basarse sólo en temas locales. En resumen, el impacto académico pasa a estar por encima de la excelencia y la relevancia, con la consecuencia de que los científicos se desvían de los senderos que posiblemente hubiesen seguido con una estructura de incentivos diferente.
16 junio, 2018 en 2:47 pm
Muy interesante el tema. Toda esa serie de marañas que esconden los procesos de evaluación y la relación de lo global-local sobre los temas de investigación científica son un tema bien complicado y políticamente perverso. Porque hay mucho de lo que se presenta en esas reflexiones que nos conviene a todos los que respetamos la ciencia más que las disciplinas y sus cuellos de botella, como se dice por acá en Colombia, la ley del embudo.
Saludos a todos y todas,