Robinson Salazar Pérez, “Colombia: la paz vino vestida de luto”, Hemisferio izquierdo, núm. 18. Balance y perspectivas, diciembre de 2017
La Paz en Colombia fue y aún persiste como un proceso en construcción que devino de las aproximaciones de dos contingentes o cuerpos armados que decidieron poner fin a un conflicto bélico por más de medio siglo, con raíces profundas que fueron ramificándose a través de los años, producto de las condiciones de inequidad, injusticias, control y concentración excesiva de las tierras en áreas productivas, la negación del diálogo por parte de los gamonales con los actores reclamantes de derechos y espacios de ejercicio de libertad, voz y participación política. Asimismo, la ineficaz actuación de los gobiernos por construir mediaciones o espacios de acercamiento que conllevaran a un pacto social y acuerdos políticos posibilitadores de convivencia y ejercicio pleno de democracia. Los años transcurrieron y la confrontación tuvo ribetes de guerra de exterminio alarmantes, 5.5 millones de víctimas quedaron en el sendero del conflicto armado; de los 87 pueblos indígenas, 34 están en riesgo de extinción, el 10% de la población aborigen está viviendo fuera de sus territorios por desplazamientos como consecuencia de la cruzada bélica. 2,683.355 es la suma de homicidios; de esa cifra 1,163.218 son menores afectados por la conflictividad. A todo ello agregamos 4,586 atentados en los últimos diez años, 400 mil refugiados, 500 mil delitos sexuales por violación, 3,000 falsos positivos, 3 millones de hectáreas abandonadas y 5 millones 800 mil desplazados por despojos de sus pertenencias y 2,087 masacres comunitarias1.
(1) Salazar, Robinson, “Colombia en trance: miedos, venganza y resabios de la violencia en el posconflicto”, Revista Questiones de Ruptura, vol. 1, núm. 1, enero-junio de 2017, pp. 23-39