El propósito de este bien intencionado ciudadano ecuatoriano no es otro que el de motivar y hacer un fuerte llamado a la sensibilidad y conciencia cívica de sus coterráneos, para que, haciendo una introspección madura, reflexiva, generosa, con todo el espíritu y fervor patriótico, puedan lograr lo que por tantos años las generaciones pasadas soñaron y anhelaron: poseer una inquebrantable, notoria y evidente “Identidad Nacional Ecuatoriana”, para un futuro promisorio de nuestro país.